Cuando el hielo abraza un alma, el corazón deja de bombear sangre para latir escarcha. Por ello, llena tu alma de primaveras cuando el cielo sonríe y te ofrece el sol, porque mañana vendrá el invierno y puede que aquel recuerdo de la luz besándote el rostro sea lo único que te mantenga con vida.
Nos hieren y bramamos, gritamos, lo ponemos en Facebook, Instagram, Twitter e incluso, en un alarde de vejez descontrolada, se lo decimos a nuestros amigos y familiares en persona. Somos unos desgraciados y todo el mundo debe saberlo. Lloramos, golpeamos con furia los armarios y puertas, nos manifestamos en contra de nuestro estado depresivo, mientras lo alimentamos con nuestras quejas y blasfemias contra un dios en el que ni siquiera creemos. Mordemos piedras y rinocerontes, pisamos a pingüinos desprevenidos que solo quieren comprar el pan y tener una vida sencilla, nada catártica. Intentamos convencer al mundo de que la miseria y la melancolía son las reinas absolutas y que nadie derrocará jamás su implacable dictadura.
Sin embargo, cuando por algún azar encontramos la belleza de la vida, algo que nos hace respirar oxígeno plagado de purpurina, cuando un arcoíris nos destroza el rostro con su cariñosa caricia de divina complicidad. Dejamos que ocurra, lo ignoramos, no exhibimos pancartas, no dejamos que nuestras redes se llenen de mensajes de aleluya. Somos así de parciales, preferimos mil veces la tristeza a la felicidad. Porque nos han convencido, con refranes y dichos populares, de que en la derrota es cuando se encuentra a los amigos de verdad, que si te pasa algo bueno, algo malo se acerca, que todo estará roto de aquí a un instante. Cuidado, quizás sea cierto, quizás todo vaya a romperse, todo va a explotar, pero ¿Vas a malgastar el tiempo previo a la explosión contando los segundos que faltan? Besa, ama, haz el amor, explora y vive. Llénate de primaveras, porque el invierno viene, y lo que hayas atesorado en tu corazón será lo que te dará calor en las noches que pases a la intemperie.
Foto de Tere Cortés Zacarías.
22 enero, 2017 at 11:59 am
Yo soy muy de no compartir mis sentimientos y emociones. Pero supongo que tienes razón
Me gustaLe gusta a 1 persona
22 enero, 2017 at 12:05 pm
Se puede hacer de un forma íntima, compartirlas contigo mismo, que a veces hasta eso nos negamos 😊
Me gustaLe gusta a 2 personas
22 enero, 2017 at 12:34 pm
Imagino que la verdadera intención de esta entrada no es otra que la de hacer reflexionar a quienes se presten a leerla e incitar al debate de manera indirecta, y hasta ahí está dento de la normalidad, y te felicito por ello; pero he de hacerte saber que me ha llamado la atención, y mucho, la redundancia implícita en el comienzo del segundo párrafo y el término que aparece a medio resaltar, ese que dicho de un medicamento significaría purgante.
Saludos
Me gustaLe gusta a 1 persona
22 enero, 2017 at 12:44 pm
Era para que se entendiera mejor el chisite del pingüino y me gustó más que la otra opción, que sería haber puesto «cat-ártica», que me parecía mucho menos sutil.
Me gustaLe gusta a 1 persona
22 enero, 2017 at 12:39 pm
Reblogueó esto en Ilusión en proceso de aprendizaje, autodidactay comentado:
He aquí una reflexión que invita a involucrarse de manera sutil.
Me gustaLe gusta a 1 persona
22 enero, 2017 at 12:41 pm
Grcias por compartir 😊
Me gustaMe gusta
22 enero, 2017 at 12:42 pm
Lo mismo te digo.
Saludos
Me gustaLe gusta a 1 persona
22 enero, 2017 at 3:45 pm
¡Un post precioso! Invita a reflexionar acerca del modo en que nos distanciamos de nuestra felicidad, quizá porque nos gana la desconfianza en el futuro… ¡Gracias por compartir! ❤
Me gustaLe gusta a 1 persona
22 enero, 2017 at 3:47 pm
Creo que a nivel subconsciente no queremos parecer faltos de humildad al lucir nuestros méritos y alegrias.
Me gustaLe gusta a 1 persona
22 enero, 2017 at 6:01 pm
Es muy probable que exista también ese condicionamiento. Por eso es importante reflexionar sobre estas cosas, para estar despiertos y ser más conscientes. Un abrazo 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
22 enero, 2017 at 4:49 pm
De personas que se regodean en la tristeza y en la melancolía está el mundo lleno. Yo soy una inconsciente. La primavera está casi siempre en mi estado de ánimo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
22 enero, 2017 at 5:12 pm
Así me gusta😊
Me gustaMe gusta
22 enero, 2017 at 7:37 pm
¡Yo no lo habría dicho mejor! ¡Viva la primavera! Una bonita reflexión. ¡Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
22 enero, 2017 at 8:21 pm
😊gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona
24 enero, 2017 at 11:47 am
Precioso, vitalista, lírico…
El sesgo pesimista creo que en parte es neurológico, algo del cerebro reptiliano que tenía que destacar todo lo peligroso y negativo más que lo que no lo era para poder sobrevivir, y por otro lado es como un síndrome de Munchausen colectivo en que parece que tenemos que dar pena a los demás para conseguir su afecto…
Teniendo en cuenta que la balanza está trucada tenemos que entrenarnos en poner peso en el lado que nos ayuda. Y hacer acopio de víveres espirituales, para las épocas de escasez.
Me ha recordado a una fantástica historia de los indios americanos:
——————————————————————————————–
Una mañana un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla
que ocurre en el interior de las personas.
Él dijo, «Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros».
«Uno es Malvado – Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, soberbia, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego.
«El otro es Bueno – Es alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad,
benevolencia, amistad, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe.
El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo:
“¿Qué lobo gana?”
El viejo Cherokee respondió: «Aquél al que tú alimentes.»
——————————————————————————————–
Me gustaLe gusta a 1 persona
24 enero, 2017 at 11:53 am
Vaya comentario… casi más extenso que el post 😂 gracias, amigo😊
Me gustaLe gusta a 1 persona
24 enero, 2017 at 11:54 am
El comentario es de extensión media pero con lo cortita que era la historia me parecía cutre poner el enlace…
Me gustaLe gusta a 1 persona
24 enero, 2017 at 6:31 pm
Bien despistado este pingüino…fue a comprar pan al ártico…
Sin duda se presta para debate el tema, porque todos reaccionamos diferente. Pero tienes razón; la mayoría de las veces somos más expresivos con lo que nos molesta o duele, que con las alegrías y los gratos momentos.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
24 enero, 2017 at 6:34 pm
Igualmente lo del abrazo 😊 y gracias por pasarte 😊
Me gustaLe gusta a 1 persona
30 enero, 2017 at 4:17 pm
Sería la mejor opción, llenarse de primaveras y quizá utilizar el silencio para conseguirlo. Hermosa entrada. Besos a tu alma.
Me gustaLe gusta a 1 persona
30 enero, 2017 at 4:37 pm
Gracias 😊 y bienvenida 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
30 enero, 2017 at 10:40 pm
Un honor estar.
Me gustaLe gusta a 1 persona