(Sección nueva, dedicada al libro La sociedad errante de Keri Smith. Serán textos que se me ocurrirán vagabundeando por la vida, caminando y observando. Espero que les guste y les recomiendo el libro. Gracias a Carlos, autor de larubricadelcubo, por prestarme el libro que tanto necesitaba en este momento)
9 de febrero 18:34
A estas horas el sol se va de mi ciudad, el gris empieza a invadir pacíficamente las baldosas y los edificios pierden la viveza de sus colores para conseguir una encantadora pátina de tristeza, como si enfermaran de atardecer. Las farolas se encienden y un collar de luz amarilla cuelga de sus cuellos largos y férreos.
He sentido una necesidad imperiosa de expresar un deseo infantil, un súbito capricho de niño mal criado: quiero que quiten las farolas.
Su luz me distrae de la noche, me hace sentir innecesariamente seguro, esconde las estrellas y me arranca los sueños misteriosos y les aporta una claridad insultante. Me he imaginado en una ciudad a oscuras, mordido por el terror más primario, confinado en una ceguera parcial que solo me permita detectar el peligro demasiado tarde, que me haga vulnerable a las espinas fantasmales de la vida. Los demonios camparían a sus anchas en mi cabeza, creando figuras pesadillescas en las esquinas apagadas, víctimas de la oscuridad más sublime, locuras tenebrosas dignas de la mente de un desquiciado escritor de novelas de terror.
Pasados los miedos absurdos, ridículos si tenemos en cuenta que los malvados no adquieren, con su maldad, una visión a prueba de noches cerradas, quizás apareciera una extraña esperanza, un ligero gesto alegre de nuestra imaginación desbocada, una idea fantástica e ilusionante: no solo el peligro sería sorpresivo, también lo sería la belleza. Y ahí, amigos míos, está hoy la conclusión del caminante. Deseo que apaguen las farolas, que me permitan, como quien presencia un milagro, ver un silueta lejana acercarse y tomar forma de mujer, que se convierta en ojos, en labios, en mirada, en besos. Que sus brazos, ocultos a simple vista, me abracen y, de repente, una cálida luz surja de mis entrañas e ilumine lo único que importa, su corazón… tal vez sea la última estrategia posible, dejar sin luz externa a los hombres y mujeres de este mundo, a fin de que, obligados por las circunstancias, ruja en ellos la más exultante de las llamaradas. Un destello individual y colectivo que no nos haga sentir seguros, que no esconda las estrellas, que oculte los sueños misteriosos tras misterios nuevos y los vista con interrogantes invisibles. Ese es mi deseo de hoy: que nuestra luz sustituya la de las farolas.
10 febrero, 2017 at 12:41 pm
¿”pesadillescas”? Venga ya. Como Galeano vea esto, baja desde el cielo y te da una colleja, ja ja ja.
“me arranca los sueños misteriosos y les aporta una claridad insultante” Habrá que reunir al sindicato de poetas para luchar contra la contaminación lumínica. Espera… ¿Reunir… poetas?… Demasiado poco solitario. No he dicho nada…
“dignas de la mente de un desquiciado escritor de novelas de terror.”
No hace falta insultar al maestro Esteban Rey. Un respetico.
“no solo el peligro sería sorpresivo, también lo sería la belleza” Genial frase.
“Ese es mi deseo de hoy: que nuestra luz sustituya la de las farolas.” Luther King y Gandhi están llorando emocionados en el cielo.
Pese a toda la broma es un texto realmente fantástico 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
10 febrero, 2017 at 12:43 pm
Gracias, amigo y gran libro que me dejaste😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
10 febrero, 2017 at 12:44 pm
Reblogueó esto en larubricadelcuboy comentado:
Magnífico escrito de mi amigo Rogerescribe. El hecho de que lo haya inspirado un libro que le he prestado no tiene (casi) nada que ver en que lo rebloguee.
Me gustaLe gusta a 1 persona
11 febrero, 2017 at 3:35 am
Ese texto es sencillamente hermoso. Te aseguro que la luz es la que tenemos dentro y el nterruptor está en el alma. No la apaguemos nunca. No la apagues nunca. No necesitas faroles.
Me gustaLe gusta a 1 persona
11 febrero, 2017 at 8:06 am
Gracias, Minerva, toda la razón del mundo 😊
Me gustaMe gusta
11 febrero, 2017 at 8:02 pm
Un texto buenísimo, Roger! Apaguemos las farolas! Besos
Me gustaLe gusta a 1 persona
11 febrero, 2017 at 8:03 pm
Gracias, Ana 😳
Me gustaLe gusta a 1 persona
11 febrero, 2017 at 8:09 pm
Por qué me pones carita de susto? 😅
Me gustaLe gusta a 1 persona
11 febrero, 2017 at 8:11 pm
No era esa…a mi me sale una así como sonrojada 😂
Me gustaMe gusta